Calvino. Juan,
     [953] (1509-1564)

 
   
 

 


    Teólogo protestante y hu­manista, defen­sor de una teología de reforma y ruptura con Roma, que le hizo, después de Lutero, el más importante iniciador del cambio religioso del siglo XVI.
   Nació el 10 de julio de 1509 en Noyon. Se educó el Collège de la Marche y en el Collège de Montaigu, dependientes de la Universidad de París. Estudió Teolo­gía y se ordenó sacerdote. También se tituló en Leyes en Orleans y Bourges. Participó en círculos literarios con varios amigos. Al extenderse las ideas de Lutero se adhirió con fervor a la actitud anti­rromana que reflejaba entonces el Protestantismo.

   Hizo estudios sobre la traducción griega de la Biblia y preparó algunas obras como "Comentarios a De Clementia" (obra de Lucio Anneo Séneca). En 1533 tuvo que huir de París ante la oposición a sus ideas junto con el Rector Nicolás Cop, que había publicado un apoyo a Lutero.

  Después de dos años huyendo de la Inquisición, en 1536, publicó en Basilea  su "Institución de la religión cristiana" en favor de la Reforma protestante. Fue a Ginebra. En 1538, tuvo que abandonar la ciudad y se refu­gió en Estrasburgo, donde contrajo matrimonio con la viuda Idelette de Bure. Tuvo un hijo que murió muy pronto.
    Publicó diversos comentarios sobre los libros de la Biblia. En 1541 los habitantes le reclamaron para que dirigiera sus afanes de reforma.


    Se hizo con el poder máximo de la ciudad, aplicando un gobierno riguroso de persecución a todos los que no participaran de sus ideas. En 1549 falleció su esposa. Recibió salario y casa de la ciudad hasta su muerte. Redactó las Ordenanzas de la ciudad de Ginebra. Fomentó el establecimiento de escuelas para todos los niños y una Academia, que inauguró en 1559 con Teodoro de Beza como rector. También construyó hospitales, mejoró las condiciones higiénicas para las aguas sucias, abrió asilos para pobres y mendigos. Hizo talleres artesanales para que todos tuvieran trabajo.
    Entre sus escritos resaltó su "Catecis­mo de la Iglesia de Ginebra", aunque su doctrina quedó consignada mejor en sus "Comentarios a los libros de la Biblia" y en sus "Sermones", recopilados por sus suceso­res. Murió el 27 de Mayo de 1564.
    Su pensamiento religioso fue tajante con ciertas dosis de fanatismo determinista. Negó la libertad, la salvación para todos los hombres, la posibilidad de conocer a Dios, la gracia divina y, por su puesto, la autoridad de la Iglesia y la realidad de los siete sacramentos.